En ruinas

En ruinas

lunes, 1 de junio de 2020

Ácido.

No puedo respirar,
se acumulan los llantos en mis costillas,
me ahoga el mar muerto de mi estómago,
ácido como el veneno que ingerí.

Me atormentan los reflejos,
las miradas melancólicas,
el grisáceo de las nubes
y los rayos de la tormenta creada en mi interior.

Hay sangre en las paredes,
salpicada en cada habitación,
venas rotas en mi brazo
y un murmullo seco entre mis latidos perdidos.

Aún se escuchan cada noche y,
al amanecer,
aparece aquel ángel
en lo más profundo de mi cabeza.

Corre, dice despacio,
vuela,
ahuyenta tus demonios,
libérate de una vez,
aléjate del espejo,
aléjate de tu propio ser,
huye a los bosques,
derrama más sangre a tu alrededor.

Entristecida me giro,
alejándome del espejo,
alejándome de mi propio ser,
y con el veneno ácido aún en mi saliva,
me fui con aquel ser negro,
pues pese a ser un ángel...
sabía más que nadie sobre la muerte.



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