No existe el dolor
en su mundo, ni la melancolía, ni la añoranza. Estoy tan harta de echarte de
menos que quiero dejarme llevar por ella, dejarme volar y ser libre al fin.
La sensación se
intensifica a cada paso, a cada minuto, a cada hora. Cada día es más oscuro,
más solitario, más cercano a ella.
No puedo escapar
de ella, ni de sus pensamientos, ni de su frío suspiro, que hace que se me
congele el corazón, que hace que se congele el alma.
No se puede huir
de la muerte.