A veces ya no sé a qué aferrarme, cuando todos mis pilares se derrumban y no siento el cariño y el valor que me puede otorgar el sueño eterno.
Ya no puedo sentir más dolor que aquel que me otorga mi propio corazón y mi propia mente. "No puedo seguir con esto, no puedo", repite mi cabeza, dejando entrever los latidos de un alma rota. Aún se ven las cicatrices de otras veces; el pasado. Parecía que se había recuperado, y tan solo era un parche...
¿Realmente quiero seguir con los vivos si ya camino entre los muertos?
Tan duro decir adiós y tan rápido decir te quiero, tan fácil de enamorar y tan difícil de olvidar.
Me
siento
sola.