Todo está en un profundo cambio, todo cambia con el tiempo...
Escuchas canciones y sientes que ya nada es igual, que todo cambiará, y de hecho, lo está haciendo.
Intentas tocar el techo con las manos, pero no llegas. Inalcanzable.
Y, cuando lo haces, te sientes la persona más afortunada del mundo, te sientes poseedor de una estrella luminosa.
Todo acaba.
De pronto esa estrella se escapa de tus manos y, bueno, vuelve a ese techo inalcanzable.
Como ya dije una vez en este blog, nuestras vidas son cambios continuos, "subes y bajas".
En un momento concreto de la historia algo activa un mecanismo que lo transforma todo, hasta tus pensamientos o sentimientos.
Estás feliz, sonriente, y de pronto caes. Te levantas. Caes.
Cambios y cambiados, diferentes formas de ver la vida.
Aquella melodía que sonaba en tu cabeza de pequeña ya no sirve, no te consolará, ni tu llanto despertará a un hada con varita mágica que, por lo que se ve en las películas, no tiene mucho que hacer y decide meterse por en medio.
No, estás sola ante el peligro, e intentas luchar pero ya no te quedan fuerzas. Llega alguien que te hace feliz, que te hace subir... pero claro. "Caes"...
"Bajas"...
"¿Y ahora qué?", te preguntas. "¿Me quedo en el suelo?" No, hombre, que está frío y cogerás un costipado.
Típica frase de madre, claro.
Levántate, hombre, que ya tienes una edad para madurar. De hecho, ya lo has hecho.
No sientas pena por tí mismo, nadie lo siente.
No hay nadie que te haga feliz, o lo había y se está esfumando, en tus narices.
No intentes detenerle, ya lo sabes, todo está en un profundo cambio...
No intentes llorar, tus lágrimas solo son saladas. "¿Sal en los ojos?".
No intentes explicarte por qué se ha ido, solo se ha ido y ya está, no hay más.
Pequeña niña/o indefensa/o, deja de llorar las lágrimas saladas, no te quedes tirada en el suelo, no pierdas el tiempo...
Todo está en un profundo cambio, ¿recuerdas?
Quizá ya nadie llegue a tí.
En ruinas
sábado, 6 de diciembre de 2014
jueves, 31 de julio de 2014
Mi vida.
No sabría expresar lo mucho que le quiero. Dulce, amable, cariñoso, buena persona, gracioso...
5/10/2013
Tal como lo veo yo es perfecto, y aunque tenga sus defectos, es perfecto para mí. Des de que lo conocí se clavó en mi mente aquella figura que, a día de hoy, me hace ser feliz.
Cambió mi vida.
No puedo expresar con un "Te amo" lo que siento por él, ya que esa frase se queda corta. Pero como dice él, "el amor no se expresa con palabras, sino con hechos". Así que espero que mis hechos hayan demostrado todo lo que mi corazón siente por él.
Este chico me ayuda cada día a superar mis problemas, mis amarguras, y convertirlas en alegría, en amor.
Cada vez que entrelazamos nuestros labios, una sensación se hace presente. Una mirada, un abrazo, una caricia.
En algunos momentos de nuestras vidas todos necesitamos aquella persona que nos haga ser feliz, y yo-afortunadamente-la tengo.
Me hace reír, soñar, amar, ser una persona completamente única. Enamorada. Enamorada de sus labios, sus ojos verdes, su cuerpo, su mirada, su pelo, sus pecas... Enamorada completamente de su ser.
Él llenó mi vida, mi corazón vacío. Nunca se irá, ya que nuestras promesas son fuertes. Nunca se rendirá, ya que él también me ama con locura.
Tal como dijo él "estoy loca, pero loca por ti".
Y sí, estoy completamente loca, tanto que haría cualquier cosa por él, cualquier cosa que estuviera en mis manos la haría. Cualquier cosa que me pidiese él por sus labios...
Y sí, estoy completamente loca, tanto que me dejaría llevar por él, sabiendo que estoy en buenas manos.
Confío plenamente en él, confío tanto que hasta le he entregado mi corazón.
Mi alma es suya.
No hay palabras para describir lo que siento, sin embargo ahora mismo lo estoy describiendo.
Qué decir cuando las palabras no son suficientes, qué pensar cuando el pensamiento tampoco lo es.
Solo necesito amarle, amarle cada día de el resto de mi vida, cada día de el resto de su vida, cada día de nuestras vidas.
Y, como no, amándonos.
Porque nadie le va a querer tanto como lo quiero yo. Te amo Jose Javier Flores Martinez. Te amo para siempre.
5/10/2013
martes, 29 de abril de 2014
-Todo cambia-
Sales de casa, preparada para todo, pensando que todo va a salir bien...pero no es así. Es más, aquellas cosas que creías que durarían eternamente se desvanecen entre tus manos, en tus ojos... Aquello por lo que luchas, ya no es importante, porque tú dejas de serlo para él/ella. Sigues caminando por tu vida y pretendes que todo siga igual... ¡pura inmadurez! Cuando maduras, te das cuenta de que todo cambia, de que ya nada volverá a ser como antes, de que quieres aprovechar al máximo lo que te queda, antes de que cambie. Sientes que pierdes cosas, te sientes sola.
Miras al mundo y ves que todo ha cambiado, cuando en realidad eres tú la que cambia. Maduras, ves las cosas tal y como son, y aun madurando, sigues tropezándote con la misma piedra del camino-aquella piedra que es importante para tí.
Pero, en realidad, esa piedra es lo que te da vida. Por ejemplo, una hipótesis que explicase mi idea sería pensar en que vas a morir, y que solo hay una forma de vivir: una poción. Te la dan y te dicen: "esta poción te dará la vida, pero tiene un efecto secundario, y es que aun viviendo querrás morirte". Pero claro, sin ella te mueres de verdad, y te la tomas. Cuando te la tomas piensas que todo es un fraude, eres negativa, y cuando se acaba esa poción vuelves a estar bien, ya recuperada de ese pesimismo. Pero claro, tienes que tomar otra poción para vivir, y eso te sigue dando el mismo efecto secundario.
Supongamos que eso es la piedra, es algo por lo que luchas, que lo necesitas, pero te falla, te duele, y cuando te recuperas vuelves a caer por otra situación igual.
La conclusión sería que, aun madurando, el mundo sigue igual, las personas siguen igual, los errores se cometen, y todo por lo que de verdad vives se desvanece.
Sientes que pierdes una parte importante. Eso que te juraron que sería para siempre no lo es, y lo sabes....pero cuando te repiten que sí que va a serlo te lo vuelves a creer, y asi contuniamente...
¿Para quñe sentir por aquello que no te merece?
La vida no solo es madurar, la vida son decepciones, alegrías, fraudes...pero no se vive madurando, sino viviendo.
Miras al mundo y ves que todo ha cambiado, cuando en realidad eres tú la que cambia. Maduras, ves las cosas tal y como son, y aun madurando, sigues tropezándote con la misma piedra del camino-aquella piedra que es importante para tí.
Pero, en realidad, esa piedra es lo que te da vida. Por ejemplo, una hipótesis que explicase mi idea sería pensar en que vas a morir, y que solo hay una forma de vivir: una poción. Te la dan y te dicen: "esta poción te dará la vida, pero tiene un efecto secundario, y es que aun viviendo querrás morirte". Pero claro, sin ella te mueres de verdad, y te la tomas. Cuando te la tomas piensas que todo es un fraude, eres negativa, y cuando se acaba esa poción vuelves a estar bien, ya recuperada de ese pesimismo. Pero claro, tienes que tomar otra poción para vivir, y eso te sigue dando el mismo efecto secundario.
Supongamos que eso es la piedra, es algo por lo que luchas, que lo necesitas, pero te falla, te duele, y cuando te recuperas vuelves a caer por otra situación igual.
La conclusión sería que, aun madurando, el mundo sigue igual, las personas siguen igual, los errores se cometen, y todo por lo que de verdad vives se desvanece.
Sientes que pierdes una parte importante. Eso que te juraron que sería para siempre no lo es, y lo sabes....pero cuando te repiten que sí que va a serlo te lo vuelves a creer, y asi contuniamente...
¿Para quñe sentir por aquello que no te merece?
La vida no solo es madurar, la vida son decepciones, alegrías, fraudes...pero no se vive madurando, sino viviendo.
jueves, 2 de enero de 2014
Él y ella, oscuridad (chapter 6)
Él sabía qué tenía que buscar. Aquella era su única vía de escape. Llevaba horas preguntando, buscando sin parar…pero nadie le podía acercar al paradero de aquella caja que tanto valor tenía para el señor del infierno. La Caja de los Secretos. Recordó que un día ella habló de ella.
Hacía años… Ella comentó que aquella caja, según algunos libros satánicos, contenía todos los secretos del universo. Lucifer siempre había querido tenerla entre sus manos y poder, al fin, conocer todos los misterios que la acechaban. Lucifer no siempre había sido tan cruel.
Hubo
una época en la que él estaba enamorado.
Quizá solo fueran simples
hazañas que la gente contaba sin saber. Lo que sí era cierto era que Lucifer
siempre había ansiado encontrar tal objeto. Con él sería invencible, sería más
poderoso aún de lo que ya era.
Pero no lograba dar con
aquella caja, aquella maldita caja que podía devolverle aquel atisbo de
sentimientos que podía compensar con aquellos que no dejaban de acecharle en
sus peores pesadillas. De pronto, se percató de que alguien le miraba con aire
conocido. Él se sobresaltó. En cuanto miró a aquella persona, esta se dirigió
sin demoras hacia él.
-¿Buscas algo muchacho?
Era una anciana de unos 89
años de edad. Pero sabía que en aquel lugar los años no eran más que una simple
fecha que carecía de sentido…
-¿Sabe usted algo sobre la
Caja de los Secretos?
-La Caja de los Secretos…La
Caja de Lucifer, pues.
-¿La conoce?
-Esa caja siempre ha sido mi
mayor tesoro. Esa caja siempre ha sido mi valor. Pero un día desapareció, sin
más. Nunca más la he vuelo a atisbar con mis pequeños ojos marrones.
Pero
bueno, aquí no hay mucho observar…
-¿La perdió? Usted tenía la
caja…
-La tenía. Quizá pueda
ayudarte a encontrarla. Quizá… Una vez estuve enamorada, ¿sabe usted? Me enamoré
del mal. ¿Entiende? Perdone por esta interrupción. Perdone usted…
Él la miró con incredulidad.
Parecía perdida. Quizá ella no tenía la más remota idea de dónde se encontraba
aquella caja. Quizá era un alma tan perdida en tu propio universo que hasta
había llegado a creerse semejante falacia. Pero era su única opción. Su única
salida.
Ella le comentó que la caja
no se encontraba en el mundo de los muertos; la perdió en vida.
Él la condujo hasta el mundo
que, hasta ahora, había estado plagado de injusticias para él… y provocadas por
él.
-Esta casa… me resulta
familiar.
-Perdone pero… ¿dónde perdió
la caja?
-¿He dicho que la perdí? No,
no, no… jamás perdería un objeto con tal valor. Es importantísimo guardar la
caja en manos firmes y seguras. La caja se la entregué a una chica de mejillas
sonrosadas. Vino a verme…era un ángel celestial. Sí. Un ángel. Yo le entregué
aquella caja de oro fino y le hice prometer que jamás la entregaría a Lucifer.
Ella aceptó. Un ángel…
-¿Un ángel? ¿Quién es? ¿Sabe
usted quién es? ¿Sabe usted quién es ese ángel? Por favor…
Él se derrumbó. Se dejó caer
sobre aquella ventana que tantos secretos había resguardado.
Aquella ventana
que había observado discutir tantas veces a ella y a él. El tiempo llegaba a su
fin. Pero ella…ella…debía vivir…ella…
Una idea abordó su mente. Se
levantó con un ágil movimiento, y al incorporarse, supo lo que tenía que hacer.
Pronunció aquel cántico que
tanto sabía, que tan familiar le era…y se dispuso a entrar en el mismísimo
infierno. Aquella anciana, le siguió. Él opuso resistencia, pero ella se mostró
firme ante su decisión. Él se adentró junto con aquella figura de niña que,
propiamente dicho, le producía el mismo escalofrío una y otra vez. Quizá ese comenzase su final…y terminase el de ella.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)