En ruinas

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jueves, 13 de septiembre de 2012

Encantus

Capítulo 2
Me contestó.
-Buenas... noches.
Patidifusa, intenté sentarme en la silla más cercana.
-¿Eres tú, la reina de Encantus?
-Espera, espera, ¿reina de qué?
-Encantus.
-¿Qué es esto? ¿Una broma?
-Has cambiado mucho...
-¿Perdona? ¿Me espiabas? Dios mío creo que estoy teniendo alucinaciones. Debería ir al psiquiatra porq...
-Chss. Ven conmigo.
Me tomó de la mano y me llevó a mi terraza. Ese día, las estrellas formaban un gran dibujo en ellas. Observé cómo Él las miraba con ojos entusiastas. Aspiré el perfume de la noche, y en seguida supe por qué en mis dos encuentros con él olía siempre a canela... su aroma. Sin que se diese cuenta, me fijé en cada detalle de su cuerpo. Sus pequeños pies, su extraña vestimenta, sus orejas levemente afiladas, sus ojos marinos... todo en él rebosaba tranquilidad y calidez.
Debió darse cuenta de que le estaba obersvando, porque se giró hacia mí y me tomó de la mano.
-Mira, ¿ves las estrellas? Dibujan tu rostro.
-Mi... ¿rostro?
-Exacto. Tenemos mucho tiempo de explicaciones pero, de momento, has de confiar en mí.
-No se yo si...
No me dejó acabar la frase. De un grito suyo el dibujo que formaban las estrellas se dividió en dos, abriendo una franja en el universo. Me cogió de la mano(otra vez) y señaló un punto blanco que se acercaba cada vez más. En cuanto lo vi, creí que esto merecería la pena.
El caballo alado dejó que montásemos sobre su lomo, ahuyentando mis males presentimientos sobre aquella locura que, para mí, parecía no ser real. Lentamente fuimos ascendiendo hasta llegar a la cumbre del cielo estrellado y, al llegar a la franja, una corriente nos impulsó rápidamente soprevolando la pared que dividía tales dimensiones.
En menos de un minuto, aparecimos en otro tipo de cielo nocturno, en el cual las estrellas parecían ya más cercanas. Miré hacia abajo y observé bosques rebosantes de aldeas en las cuales se divisaban varias hogueras. Una montaña al norte cubierta de nieve en la cima, varias cuevas formadas en otra más pequeña situada al sur. No era mi mundo...
Me giré a tiempo de ver cómo la franja se cerraba tras de mí. Supuse que habíamos viajado a otra dimensión. Mientras descendíamos, un escalofrío recorrió mi columna vertebral cuando Él dijo:
-Bienvenida a Encantus, tu reino.



Si queréis saber más de la historia, visitad mi blog. Dentro de unos días tendré el capítulo 3, gracias :)